L&G ABOGADOS - buefetelgabogados@gmail.com - tf 663 962 080 Despacho de abogados en Utrera, Sevilla y Málaga
La urbanización Las Aguardienteras, ubicada en Utrera y compuesta por 47 parcelas, ha dado un paso decisivo en su proceso de regularización urbanística. Tras años en situación irregular, el Ayuntamiento y los vecinos trabajan conjuntamente para dotar a esta zona de los servicios e infraestructuras necesarias que permitan su integración plena en el planeamiento municipal vigente.
Como en otras muchas urbanizaciones periféricas de Andalucía, Las Aguardienteras nació al margen de la legalidad urbanística, lo que ha supuesto durante décadas una carencia de servicios básicos (abastecimiento de agua, saneamiento, alumbrado o viario en condiciones).
El proceso de regularización busca poner fin a esta situación, garantizando tanto la seguridad jurídica de las parcelas como la mejora de la calidad de vida de sus residentes.
El coste de las actuaciones necesarias se ha estimado en torno a un millón de euros, cantidad que deberá cubrir obras de urbanización como:
Red de abastecimiento de agua potable.
Sistema de alcantarillado y saneamiento.
Alumbrado público eficiente.
Pavimentación de calles y adecuación de acerados.
Adecuación de zonas comunes y espacios públicos.
Estas obras permitirán que Las Aguardienteras disponga de los mismos estándares que el resto de barrios consolidados de Utrera.
La regularización implica:
Homogeneizar la legalidad urbanística de las parcelas, otorgando seguridad a los propietarios.
Integrar la urbanización en el PGOU de Utrera, ajustando su situación a la normativa vigente.
Facilitar el acceso a licencias de obra y actividad, lo que abrirá la puerta a mejoras y reformas en las viviendas.
Garantizar la prestación de servicios municipales en igualdad de condiciones.
El avance en Las Aguardienteras refleja la voluntad de las administraciones de afrontar uno de los grandes retos urbanísticos de la provincia: la regularización de urbanizaciones irregulares.
En Utrera, este proceso no solo supone una mejora material de infraestructuras, sino también un acto de justicia social y territorial, integrando a comunidades que durante años han permanecido en situación de provisionalidad.
La urbanización Las Aguardienteras encara así una nueva etapa. Con la inversión prevista y los trámites en marcha, se espera que en los próximos años los vecinos puedan disfrutar de un entorno plenamente legalizado, dotado de servicios básicos y alineado con el modelo de ciudad que define el planeamiento urbanístico de Utrera.
Un paso firme que convierte a este enclave en ejemplo de cómo avanzar hacia un urbanismo más inclusivo, sostenible y equilibrado.
El Ayuntamiento de Sevilla ha iniciado los trámites para recalificar el solar ocupado hasta hace poco por la empresa Porcelanosa, en la avenida de Andalucía, con el fin de dar viabilidad a un nuevo proyecto urbanístico de gran impacto: la construcción de una torre de hasta 17 plantas destinada a usos terciarios, principalmente hoteleros u oficinas.
El terreno pertenecía a la promotora Aliseda, que disponía de derechos urbanísticos para levantar un bloque residencial de 61 viviendas. Sin embargo, la empresa renunció a esta posibilidad, lo que abrió la puerta a una recalificación por parte del Ayuntamiento.
El suelo, catalogado hasta ahora para uso residencial, pasa a plantearse como un espacio de actividad terciaria que podría transformar la fisonomía de la zona y dinamizar la entrada a Sevilla desde el este.
La operación no es un simple trámite administrativo: implica un cambio de modelo urbanístico en un enclave estratégico. La recalificación responde a la demanda creciente de espacios de oficinas modernas y a la necesidad de aumentar la capacidad hotelera de la ciudad, muy vinculada al turismo de congresos y eventos profesionales.
El proyecto, además, se inscribe en un momento de debate sobre la verticalidad en Sevilla. La torre Pelli en la Cartuja abrió la discusión sobre los límites de la altura en una ciudad declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO. Ahora, la posibilidad de levantar un edificio de 17 plantas en plena avenida de Andalucía reaviva ese debate.
PGOU: la recalificación requiere modificar puntualmente el Plan General de Ordenación Urbana de Sevilla.
Usos terciarios: se prioriza un aprovechamiento más dinámico del suelo, frente al residencial, que había quedado paralizado.
Impacto paisajístico: la normativa urbanística deberá garantizar que el nuevo edificio no altere de forma negativa la percepción del skyline sevillano ni interfiera con los bienes protegidos.
Participación ciudadana: como todo cambio de planeamiento, se abrirá un periodo de información pública para alegaciones.
El anuncio ha generado expectativas entre empresarios del sector inmobiliario y turístico, que ven en la torre una oportunidad para atraer inversión y modernizar el parque de oficinas sevillano.
Sin embargo, también se anticipan controversias: colectivos vecinales y asociaciones de defensa del patrimonio podrían cuestionar la altura del edificio y su impacto en la movilidad de una zona ya congestionada.
La posible construcción de una torre de 17 plantas en la Cruz del Campo marca un nuevo capítulo en la evolución urbanística de Sevilla. El Ayuntamiento apuesta por diversificar el uso del suelo y adaptarse a las necesidades económicas actuales, pero la iniciativa no está exenta de debate social y jurídico.
En los próximos meses, la tramitación del expediente y las alegaciones determinarán si este proyecto se convierte en realidad o se queda en una propuesta sobre papel.